13 razones por las cuales las redes sociales fueron la causa de su depresión
María es una joven llena de alegría, con grandes sueños y en proceso de constante descubrimiento del mundo y la vida. Ella viene de una familia amorosa y apoyadora. María es artística, amigable y decidida.
Su historia es una que me gusta compartir, ya que es muchos pueden identificarse con la misma.
A pesar de que esta chica de 17 años es hermosa, con un corazón de oro y grandes sueños, se había vuelto muy dependiente no solo de otras personas, sino también de las redes sociales y de lo que otros pensaban sobre ella.
María empezó a deprimirse sin acercarse a nadie. Tendemos a «saber» todo cuando somos jóvenes, o al menos creemos que lo hacemos. Muchas veces nos sentimos avergonzados de pedir ayuda … o simplemente no nos damos cuenta de que la necesitamos.
La madre de María notó algunos cambios, frases y publicaciones en las cuentas de redes sociales de su hija y de inmediato se acercó a pedir ayuda.
Sin vacilar accedí a hacer una sesión de descubrimiento con la joven, y después de 15 minutos de nuestra charla, supe que podría servirle de apoyo y de guía entrenándola para que se convirtiera en la joven independiente que sabíamos llevaba dentro.
Entonces, ¿cuál era el reto que teníamos que sobrepasar? La dependencia a las redes sociales.
Aquí 13 razones por las que las redes sociales fueron la causa de su depresión:
- Sentimientos de no ser lo suficientemente valiosa aumentaron cada vez que se comparaba con otras personas en sus cuentas de redes sociales.
- Pasaba el tiempo revisando sus cuentas sintiéndose triste, sola y deprimida.
- Su conexión con las personas era a través de una pantalla: era más fácil comunicarse de esa forma que interactuar con los demás cara a cara.
- Procastinar se convirtió en parte de su rutina y lo realmente importante en su vida pasó a un segundo plano.
- La vida de los demás era «perfecta» y excepto la de ella: las experiencias de otros eran más emocionantes que su propia vida.
- Se sentía poco atractiva, otros eran más bellos y tenían «mejores cuerpos».
- La ansiedad crecía cada vez que abría las redes sociales, se preguntaba «¿qué voy a encontrar ahora?», «¿Qué está haciendo mi ex?», «¿con quién se juntan mis «amigos»?
- No sabía cómo manejar el tiempo que tenía para sí misma cuando no estaba «conectada» a las redes sociales.
- El saltar de una a otra red social se convirtió en un hábito. Su atención se dividió y la ansiedad creció más y más con el paso del tiempo.
- Relacionaba la cantidad de «Me gusta» que obtenía en sus publicaciones con lo «querida» que era.
- Dependía tanto de las redes sociales que las opiniones de sus seres queridos no eran suficientes.
- Buscaba validación en personas que realmente no conocía.
- Pasaba más tiempo frente a una pantalla que con sus familiares y amigos.
Vivimos en un mundo donde la mayoría de nosotros estamos atados a nuestras computadoras, nuestros teléfonos o cualquier otro dispositivo electrónico que podamos encontrar. Yo digo «nosotros» porque en muchas ocasiones soy culpable de ésto también.
Hay mucho trabajo por hacer en el proceso, y hay que aprender a tomar medidas para aprender a desconectarse para conectarse nuevamente con nosotros mismos.
Un estudio publicado en Computers in Human Behavior el 10 de diciembre de 2016 reveló que el uso de múltiples plataformas de medios sociales está más fuertemente asociado con la depresión y la ansiedad entre los adultos jóvenes que el tiempo que se pasa en línea. – Fuente de información.
La multitarea, la ansiedad, la poca atención al detalle, la atención dividida, la depresión y otras, son conductas y emociones que se encuentran en la sociedad actual, la mayoría de ellas causadas por las redes sociales.
Es extremadamente difícil pedirle a alguien que se desconecte por completo del mundo digital, pero aprender a identificar cuándo es suficiente, y los pros y los contras de estas «herramientas» que tenemos justo al alcance de un botón, es de gran ventaja para vivir una vida más feliz y más saludable.
Aquí hay algunos pasos simples que puedes seguir para comenzar de nuevo a conectarte contigo mismo y con los demás:
- Pasa al menos 10 minutos al día en contacto con la naturaleza
- Medita: al menos 3-5 minutos al día te ayudarán a concentrarte más, a sentirte más sintonizado con tu mente y a aumentar tu productividad. ¿No sabes cómo o por dónde empezar? Haz click aquí para ayudarte a comenzar con esta práctica.
- Ejercita tu cuerpo: liberarás endorfinas y la dopamina te ayudará a sentirte más feliz.
- Practica perdonarte por ser tan crítico y duro contigo mismo.
- Cuando salgas con tus amigos, concéntrate en pasar tiempo de calidad con ellos en lugar de con tu teléfono.
- Procura estar PRESENTE – no hay mejor tiempo que el ahora.
- Enfoca tus ojos en el mundo que te rodea y no en la pantalla frente a ti.
- Cuando te sientas triste, desesperado o deprimido, o te veas a tí mismo comparando tu vida con la de los demás, mira una película divertida, lee un buen libro, pasa tiempo con tus seres queridos … busca una mano amiga. Siempre hay alguien listo y dispuesto a ayudarte en esta vida.
Después de varias sesiones de trabajo con Mary, su vida comenzó a cambiar. Su timidez disminuyó; sus calificaciones mejoraron; ella entró en la universidad que ella quería; volvió a hacer más de lo que amaba, las redes sociales ya no se estaban haciendo cargo de su vida y comenzó a comprender mejor la importancia de su vida y a valorar más su valor.
Tu felicidad no depende de lo que otros piensen o digan de ti; sobre cómo se ven los demás o la vida que viven, o al menos la vida que muestran en línea, que muchas veces difiere de la realidad. Tampoco depende de lo que se dice o hace a través de una pantalla de computadora / teléfono.
Tu felicidad depende de las elecciones que TÚ haces todos los días. Y hoy los invito a elegir FELICIDAD no por lo que otros dicen o hacen, sino porque tienen el poder para hacerlo.
Si este artículo resonó contigo, te invito a compartirlo, es probable que muchas otras personas también se sientan identificadas con lo expuesto en este texto.
Si tú o alguien que conoces puede estar pasando por una situación similar o está buscando claridad, salir adelante o desconectarse de situaciones tóxicas, hablemos.
Y recuerda siempre AAP – Amar incondicionalmente; Aceptar sin juzgar; Perdonarte a ti mismo y a los demás.